jueves, 7 de julio de 2011

El corazón del rey

Hace muchísimos años, en un lejano país vivía un rey muy poderoso. Su palacio estaba situado en un hermoso valle donde el sol iluminaba los amplios espejos del río y las flores dejaban caer en sus pétalos, el suave rocío de la noche.
Cierto día, el soberano notó que su esposa, la reina, estaba muy enferma. Por su níveo rostro se deslizaban lágrimas de dolor y de sus ojos desbordaba la tristeza.
El rey desesperado, acudió a una vieja hechicera que habitaba en las altas cumbres, fuera del vasto territorio imperial. Partió con sus hombres hacia un rumbo inexplorado; transcurrió largas madrugadas combatiendo contra duendes y demonios que acechaban los caminos.
Fue un día, luego de tanto andar, llegaron a las imponentes montañas. El lugar era desértico, desolado y muy oscuro. Entre tanta niebla, lograron divisar una luz penetrante…al principio, creyeron que se trataba de algún espíritu vagabundo pero luego comprendieron que habían hallado su destino.
La bruja los estaba esperando, pues ella lo sabía todo, incluso sobre aquel viaje.
La mujer les habló sobre una planta extraña de color dorada, cuyo fruto habría de ser la salvación de la reina. Dicha hierba crecía en el corazón de cada ser vivo, en el amor y cuanto más abundante, mayor la cura.
El rey desquiciado y convencido en su soberbia, aseguró saber donde habría de encontrar el  antídoto. Fue así que, ordenó matar a uno de sus vigías para extraerle aquel elixir y no tardó en complacer su deseo.
La reina murió finalmente…
Pasaron los años y el reinado fue olvidado por todos. El rey, desconsolado, emprendió un nuevo viaje hacia las montañas en busca de la curandera para aliviar sus penas.
La anciana dijo algo que sorprendió a su Majestad: _Sólo el amor puede sanar la tristeza, no así los hechizos o embrujos; y ese fruto que no supiste encontrar, estaba simplemente dentro de ti. Ya es tarde para llorar. La reina se ha marchado. Su tristeza y dolor son los que ahora tú sientes dentro del vientre y en el corazón. ¿Qué vidente puede ver más allá de su ceguera?

Contratapa de "El trabajo"

A  principios de la década del  veinte, ciertos hechos podrían dificultar la vida de una mujer.  Ser madre soltera era uno de ellos y tener un espíritu revolucionario otro.
Bernarda trabajaba en el taller metalúrgico de sus padres donde la explotaban, con pésimas condiciones de trabajo y salarios. Dicho problema termino con un conflicto social generalizado que pasaría a la historia como la “semana trágica”. Se realizaron huelgas, organizadas y dirigidas por Bernarda en contra de sus antecesores pidiendo una jornada de ocho horas, salubridad laboral y aumento de salario, para todos los obreros que trabajan allí, e incluso para ella misma. Su relación con sus padres nunca fue muy buena por tener sus propios ideales, distintos a los de sus antepasados, y empeoró aún más con lo de su embarazo. Dicho taller metalúrgico se llamaba Pedro Vanesa e hijos, pero en sí, la única hija era ella y todo ese nombre era una farsa. Vanesa tenía buenas relaciones con el gobierno de Yrigoyen y logró que le enviaran policías y bomberos para reprimir. A Bernarda una muerte trágica la tocó de cerca, pero sus compañeros de trabajo no se dieron por vencidos, fueron quienes siguieron toda la semana dicha huelga y ahora reclamando vidas. 
Ningún autor dramático ha creado tantos personajes memorables. Con lenguaje claro y la inclusión de breves relatos, se revisan los argumentos más considerados hasta el momento en relación con construir el bienestar humano. La primera parte de este libro está dedicada a reflexionar sobre tantas muertes y la segunda a reflexionar que esto nunca más tiene que volver a suceder.